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  • harmine Pellicer alude a esta leyenda varias veces

    2019-04-22

    Pellicer alude harmine esta leyenda varias veces en “Oda a Cuauhtémoc”, con imágenes que sugieren la batalla con un astro, la estrella de la aurora de Quetzalcóatl, que en el poema representa un destino fatal: “El arco negro se tendió ante la aurora / y en el último astro fue a clavarse la flecha” (vv. 22–23). Por otro lado, el sol, ese símbolo tan importante en las concepciones cosmológicas mesoamericanas, ha sido fragmentado por la Colonia y el legado de la colonialidad y apenas sobrevive en manos del poeta: Además de estar roto y “hundido entre el fango y el miedo” (v. 100), ese sol luminoso ha sido reemplazado por la estrella “tristísima” de Quetzalcóatl que sugiere un destino fatal, “la maldición de los dioses” (v. 51), por la asociación mítica del dios prehispánico con la llegada de los europeos. El poeta desea vencer y destruir esa estrella “tristísima” de Quetzalcóatl, iluminando la lucha de Cuauhtémoc como modelo para el presente. Sin embargo, su deseo queda frustrado por la amenaza de una nueva invasión cultural. Así, el “flechazo” que había lanzado Cuauhtémoc hacia el lucero de Quetzalcóatl, simbólicamente buscando vencer la colonialidad, queda frustrado: Escribiendo en 1924, el poeta reflexiona sobre el poder creciente de los Estados Unidos y se pregunta si la historia de la Conquista se repetirá con invasores nuevos: El final del poema convoca de nuevo el espíritu de resistencia de Cuauhtémoc como la esperanza de América Latina. Aunque el sol fue vencido en la leyenda de Tilantongo, Pellicer lamenta que la flecha de Cuauhtémoc todavía no ha podido vencer este astro maligno, símbolo de la colonialidad y de un destino fatal. Sin embargo, el poeta afirma que el espíritu de Cuauhtémoc sobrevive en su corazón y podrá salvar al pueblo en el futuro: Con este análisis de su transformación y actualización de los mitos de Quetzalcóatl y Tilantongo para elevar a Cuauhtémoc del orden históric al orden simbólico mitológico, se vislumbra cómo Pellicer emplea un nuevo acercamiento profundo y comprometido a la historia y a la realidad propias. En su análisis del texto, Francisco Pabón subraya que “en el orden estético, Cuauhtémoc ha sido transfigurado en un sentimiento de signo político y personal e identificable con la realidad contemporánea de Pellicer” (76). La “Oda a ossification Cuauhtémoc”, además de celebrar la vida del mártir, también es un llamado a la unidad continental. De hecho, lo que más lamenta el poeta de la historia del guerrero es la falta de unidad en la resistencia: Así se puede entender el poemario entero: una celebración de América Latina y un llamado a la unidad solidaria. Los textos de Piedra de sacrificios: Poema iberoamericano celebran toda América Latina, cantando su geografía, sus pueblos, su historia y sus héroes y llamando a la unión continental. Esperemos con esa fe volcánica del corazón del poeta que la historia no se repita y que Cuauhtémoc siga siendo un modelo para la lucha solidaria contra las cadenas de la dependencia, el eurocentrismo y la colonialidad. La intención del presente estudio ha sido elucidar la cualidad precursor de la poesía temprana de Pellicer de la nueva conciencia histórica que surge en la lírica continental, llegando a su apogeo en la poesía de los 1950 y 1960. Aunque los dos poemas juveniles de 1914 y 1916 se aferran a la estética del preciosismo modernista y demuestran un acercamiento todavía exotista, evocan la historia prehispánica y la lírica náhuatl, tradiciones propias y oriundas, en lugar de evocar una historia y una tradición poética ajenas. Pellicer rechaza ese mundo cosmopolita tan característico del Modernismo; como algunos otros poetas contemporáneos, vuelve su mirada sobre el pasado precolombino de América Latina. Además, aquel exotismo en el tratamiento de la historia, característico del modernismo cosmopolita, es reemplazado por un tratamiento más profundo y comprometido en Piedra de sacrificios, su poemario de 1924. En un ensayo escrito por el poeta en 1923 para la revista Azulejos sobre la obra de Diego Rivera, queda claro su pensamiento sobre la Conquista y la imposición cultural que derribó estas expresiones en el espacio simbólico prehispánico: