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  • Los antecedentes que en este

    2019-04-26

    Los antecedentes que en este sentido se agradecen son las referencias a los géneros —forense y epidíptico— que convergen en los discursos de quienes presenciaron los acontecimientos de la Conquista. Herencias del medioevo: la tradición bíblica, fábulas y el imaginario pagano, detrás de los que existe una “intención cristianamente pragmática” (27); el copioso y perdurable conocimiento de la materia caballeresca y los temas épicos en pluma de sus correspondientes autores, su influencia en la configuración de determinados personajes y, en gran medida, en la intención de los textos, lo que determina sus rasgos estilísticos. Estos aspectos, que en un primer momento permiten la descripción sucinta de la taxonomía — y —, dan cuenta del carácter narrativohistórico de sucesos destacables que separan a Bernal de la función instrumental o de gobierno, lo que caracteriza al género, posibilitando la realización del sugerente contenido laudatorio en comparación con estos precedentes. Así, las características citadas para la crónica castellana —incluso el criterio de autoridad y de imparcialidad no absoluta (25–36)— complican ofrecer una MG-262 definición sintética del género. Sin embargo, en la coexisten una narración cronológica y una diégesis, por lo que situarla dentro del campo literario explica “la presencia de elementos de novelación en las crónicas de Indias, con MG-262 en el interés de los cronistas por hacer referencia no solo a la realidad extratextual de sus narraratarios, sino a la realidad creada por la literatura de consumo popular, cuyo paradigma es la novela de caballerías” (39). Los límites entre lo verdadero y lo verosímil, patentes en la proximidad estilística de la prosa histórica, legal y sacra en el siglo , conlleva a reconsiderar los registros de los y el impulso que estos reciben gracias a la riqueza de figuras de pensamiento. Se debe destacar que “las crónicas de Indias tienen propósitos particulares que las alejan de la crónica oficial” (43), que prevalecen, ya que en su elaboración discursiva existe un proceso de ordenado cronológicamente que coadyuva a la exaltación de la figura de Bernal. Por supuesto, no se trata de oponer la realidad textual a la extratextual. De modo que revelar la gran cantidad de paralelismos, elipsis, y acentuar el dinamismo dispuesto en variantes de , es proponer una base de análisis firme para definir el carácter novelesco de la crónica de Indias en dos sentidos. El que considera la intención del texto y el relacionado con su calidad literaria. Otro aspecto notable es la mención del despliegue editorial de otros géneros como las novelas geográficas y cartas, que contribuyen a acrecentar el desprestigio español durante el reinado de Felipe II. Ya por ejemplo, Ramírez Vidal, Alfonso Mendiola, Silvia Molloy, Pupo-Walker y Rómulo D. Cabria proporcionan detalles sobre el origen y características del género asociados con el discurso forense y epidíptico que “se adaptan perfectamente a los datos y acontecimientos que los destinatarios querían escuchar” (51) dentro de la cosmovisión medieval de los . En esencia, el instrumento de gobierno, ascético e históricamente exacto converge con elementos ficcionales que ponen en tela de juicio su exactitud histórica y su finalidad pragmática. Jesús Eduardo García asegura que “todos los atributos del Renacimiento del siglo ya existen desde el siglo , por lo que es difícil que en el comportamiento de los conquistadores se expresaran valores renacentistas como algo distinto de la Edad Media” (66–67) y, por otro lado, formalmente las crónicas de acontecimientos circunscriptos difícilmente pueden considerarse crónicas en el sentido estricto del género.
    Ante todo, debe resaltarse que la edición preparada por María de Lourdes Franco Bagnouls y Edgar Campos Herrera, de José María Benítez, forma parte de la Serie Deuda Saldada, de la que la investigadora es responsable, y a través de la cual los participantes (en cada volumen) se han propuesto revalorar el trabajo de numerosos escritores, aquellos de los que la crítica literaria no se ha ocupado, o lo ha hecho exiguamente. Como lo ha indicado la investigadora Franco en varios de los textos que forman la colección de los cuadernos: “La nueva serie pretende enriquecer el registro historiográfico de la literatura mexicana, modificar el canon existente y actualizar en ediciones correctamente preparadas obras que han sufrido, por diversas razones ajenas a su calidad, el injusto desdén de la historia” (8).